Puede sonar a contradicción, pero ya veréis que para nada.
Los niños sordos también pueden disfrutar de la música y
beneficiarse de sus cualidades terapeúticas a través de la
musicoterapia.
Para empezar, hay que tener en cuenta que existen distintos grados de hipoacusia, desde caso menos graves, es decir, niños que sí perciben algunos sonidos hasta los completamente sordos que no son capaces de percibir la música pero sí las vibraciones y sensaciones que esta produce.
En este tipo de casos, se buscan otras alternativas para suplir esta carencia como educar al niño para que aprenda a sentir las vibraciones de la música y el ritmo en el cuerpo.
Así se acerca a los pequeños al ritmo de la música como medio de comunicación, aprenden a expresarse, a desinhibirse y a reforzar su autoestima, incluso en muchos casos los niños sordos se integran perfectamente dentro de un grupo de niños oyentes.
Se ha comprobado además que la musicoterapia mejora la locución de los niños sordos. Ayuda a que el habla sea más rítmica y a través del canto consiguen reforzar la lengua, controlar la salivación y la respiración.
Sentir el ritmo en la piel les hace moverse, bailar, y así aprender a coordinar los movimientos corporales, desarrollar un mejor equilibrio y un mejor control de la postura.
Ya hemos hablado de los beneficios de la musicoterapia en niños y de sus ventajas en el tratamiento de niños con algún trastorno como es el caso de los niños con hiperactividad, incluso en la recuperación de bebés prematuros.
Los niños sordos también pueden ser beneficiados por esta maravillosa técnica.
Cristina López Polonio
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